Si bien el responsable material del asesinato, el policía Poblete, fue enjuiciado y condenado a cadena perpetua, los autores intelectuales de semejante crimen aún gozan de impunidad, como tantos otros genocidas.
Creemos que esta tendencia hacia la represión, por parte de las autoridades gubernamentales, la cual parece estar arraigada en lo más profundo de este sistema, debe cesar y con ella, la obstinada persistencia de las autoridades de obstaculizar y negar las reivindicaciones sociales.
Es por estas reivindicaciones, respaldadas por las inquebrantables voluntades de lucha social de compañeros como Carlos Fuentealba, que el sistema represivo estatal, se aboca a la tarea, lamentablemente vigente hoy en día, de reprimir un derecho social como lo es la manifestación; represión que sigue latente aún en democracia, sirviéndose de sus mecanismos jurídico-legales, para garantizar, todavía de manera impune, la satisfacción nefasta de los intereses de los autores de la misma, erradicando, de esta manera, a todo aquel que no sea funcional a los mismos.
Los sistemas represivos, con el correr del tiempo, van asumiendo nuevas fachadas, así como también son encubiertos por nuevos discursos, que en realidad no son más que variantes de las mismas políticas rancias destinadas exclusivamente a perpetuar en el poder a las clases dirigentes, en claro detrimento de la sociedad. Dicha represión, ya lleva cobradas miles de víctimas, continua en pleno proceso de desarrollo y constituye una herramienta central de la cacería de ciudadanos comprometidos con la realidad y, consecuentemente, con el cambio estructural de la misma.
El asesinato de Carlos Fuentealba quiso ser por sus responsables un precedente, un precedente que detuviera el avance de las conquistas sociales, que callara la voz de aquellos que son oprimidos al subsistir en malas condiciones de vida, pero radicalmente lejos de esta utópica pretensión, la ausencia del compañero solo va acrecentar la sed de justicia, va a reforzar la conciencia de lucha, va a unir a todos aquellos que deseen frenar el avance de prácticas represivas y su consecuente impunidad, constituyéndose, de esta manera, como un hito en el largo historial de reivindicaciones sociales que de manera ininterrumpida han estado y seguirán presentes en el clamor del pueblo.
Es por esto que, en un nuevo aniversario del asesinato a sangre fría del compañero Carlos Fuentealba, decimos ¡BASTA!
¡Juicio y castigo a los responsables intelectuales y políticos!
Compañero Carlos Fuentealba, PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE
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