En las elecciones de Junio del 2007 Mauricio Macri ganaba el ballotage y se quedaba con el trono de la ciudad. Desde entonces los docentes y estudiantes de la capital empezamos a pensar que la lucha era necesaria.
El recorte de becas, la deficiente e insana vianda, la mentira constante acerca de las obras en las escuelas, la reinstalación de las amonestaciones, el bajo salario docente, entre otros, son solo algunos de los ejes del ataque sistemático contra la educación, cuyo único objetivo es precarizar la enseñanza pública. El Jefe de Gobierno, descaradamente, y al mismo tiempo que los alumnos y docentes se unían en un mismo digno reclamo, asignaba a las escuelas privadas un aumento considerable en sus subsidios. Setenta y cuatro millones de pesos de los irrisorios doscientos millones que les asignó, provenían del presupuesto para obras refacción de las escuelas públicas.
Ante este panorama a mediados de 2008 la convocatoria estudiantil y docente creció considerablemente: once colegios tomados como respuesta a políticas de neto corte antipopular, marchas importantes y paros por parte de nuestros docentes.
En los colegios, mientras Mariano Narodowski (Ministro de Educación) decía que hacíamos “pijamadas” y “choriceadas”, los estudiantes comíamos poco, dormíamos mal e incómodos. Se vio, el tiempo que duro la toma, una unión en nuestros compañeros que superó las expectativas. Un trabajo verdaderamente colectivo, donde todos nos movíamos por todos. La respuesta del Ministro no fue menos que enviar una carta a los directivos pidiendo las listas de los estudiantes involucrados –la llamada lista negra-. La mayoría de directivos se negaron, la actitud del Narodowski evocaba a una medida que fue uso común en el momento más nefasto en nuestra historia, la última dictadura militar.
Esa fuerza de lucha fue cesando con el correr de los meses, y con el fin de la cursada las cosas se calmaron. Sin embargo, ya desde febrero los docentes intentaban realizar las paritarias con el gobierno para que la negociación tenga un tiempo de maduración antes de comenzar las clases. El gobierno retrazó la discusión de todas las formas posibles. No se concretó el acuerdo por la mezquindad de los funcionarios. Nuestros docentes decidieron comenzar con las medidas de fuerza, llamando al paro.
La lucha está en pie, y va a seguir en esa situación. La Educación Pública tiene que ser defendida por todos nosotros, los alumnos de los colegios secundarios en coordinación con nuestros docentes, haciéndole frente a las políticas privatistas, anti-populares, y autoritarias que quieren imponer el Ministro de Educación de la Cuidad, el Jefe de Gobierno y todos sus funcionarios.
Por lo tanto es tarea de todos alcanzar el grado de concientización necesario para dar la pelea en todos lados contra las políticas neoliberales que atentan contra la educación. Esta situación tiene una importancia tremenda, porque sin educación pública el futuro del pueblo corre un enorme peligro.
FRENTE ESTUDIANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario